25 de julio de 2013

La Senda de Valdegurriana.

La Senda de Valdegurriana es una de las muchas rutas naturales que nos podemos encontrar ya no cerca, si no dentro de la ciudad de Zaragoza. Y es que no hace falta hacerse una barbaridad de kilómetros para disfrutar de la naturaleza. Muchas veces desconocemos lo que tenemos en la "puerta de casa".

Esta senda forma parte del Anillo Verde de Zaragoza por estar totalmente integrada dentro del recorrido del Canal Imperial de Aragón.

Nuestra andadura comienza en el Barranco de la Muerte, en el zaragozano barrio de Torrero. Vale que el nombre no es muy alentador o adecuado que digamos pero os puedo asegurar que es una zona muy bonita, sobre todo desde que se remodeló en forma de parque por parte del Ayuntamiento de Zaragoza. Una vez estemos en este punto nos encontraremos con un panel informativo en el que se referencian datos de interés de la zona, como fauna y flora, además de mostrarnos el mapa del recorrido.
Este primer tramo puede que sea el menos espectacular. Sobre todo porque a nuestra derecha sólo veremos las viviendas, terminadas o no, del barrio de Parque Venecia. Pero tranquilos, que teniendo a nuestra izquierda el Canal Imperial de Aragón este detalle se puede pasar por alto.
En la orilla del mismo nos encontraremos con árboles que parecen querer observar su propio reflejo en las aguas del Canal o incluso que quisieran rendirle pleitesía. El caso es que la majestuosidad de esos árboles no pasará desapercibida a nuestros ojos.
Pequeños caminos que salen de la Senda de Valdegurriana.
Una vez acabado este tramo en el que "rodearemos" el barrio de Parque Venecia, y tras pasar bajo el puente de la autovía Z-40, nos encontraremos con distintos puntos de interés a tener en cuenta. Por un lado a nuestra derecha tenemos la extensa masa arbolada conocida como Pinares de Venecia, el pulmón de Zaragoza. O más bien, los Pinares de Valdegurriana, sobrenombre que recibe el pinar en esa zona en particular. La decisión de adentrarse por esa vía la recomiendo sólo a quien tenga un gran sentido de la orientación, hay que tener en cuenta que la extensión del pinar es bastante grande y son muchos los caminos que podemos encontrarnos.
Justo enfrente del pinar nos encontramos con una de las varias almenaras que hay a lo largo del Canal Imperial de Aragón. En este caso se trata de la Almenara de San Antonio de Padua, la cual toma el agua del Canal para distribuirla por la acequia del mismo nombre. Desde este punto se abre el Camino de San Antonio hasta los polígonos de la Carretera de Castellón además de a la Huerta de Miraflores.

¿Y hacia donde vamos? Pues os he dicho lo que había a derecha y a izquierda, pero seguiremos recto. A partir de este punto el camino sufre un ligero ensanche que ayuda a admirar la gran singularidad de un árbol que sobresale en mitad del camino y que en épocas primaverales, de tan frondoso que es su follaje nos obligará hasta a agacharnos. No es que ocupe todo lo ancho del camino, pero siempre que pasó por ahí me gusta hacerlo cerca del árbol. No sé qué es exactamente, pero lo cierto es que tiene algo especial.

Tras haber dado unos pocos pasos nos encontraremos con uno de los puntos más curiosos de la senda, el Puente de los Suspiros. Ojalá pudiese decir que es como el veneciano, pero no. Y no es por quitarle mérito, que también lo tiene.
En esa misma zona nos encontraremos con el Parque Scout de Valdegurriana. Además del monolito conmemorativo a esta asociación, disponemos de una ruta circular en la que a través de distintos paneles informativos iremos descubriendo distintos datos de la zona mientras disfrutamos de la sombra de los pinos.

Siguiendo nuestro camino a través de la senda terminaremos encontrándonos con el primero de los dos miradores. No estoy seguro de si tiene nombre o no, pero a mí me gusta llamarlo el Mirador de Valdegurriana. Desgraciadamente, las vistas que ofrece no son especialmente espectaculares, aunque sí que nos permite tener/tomar una panorámica del Canal bastante interesante.
Desde el mirador de la Senda de Valdegurriana.Las esclusas de Valdegurriana.
Y llegados a este punto, ya llegamos al que para mí es el punto más importante de la senda, las Esclusas de Valdegurriana. Antes de llegar a ellas nos encontraremos con la Almenara de San Bernardo. Nada más pasarla seremos testigos de una de las mayores obras arquitectónicas de Zaragoza. Piedra y agua como un único elemento. Naturaleza y urbanismo perfectamente unidos. De estas esclusas sólo puedo decir que son espectaculares.
Por si necesitáis descansar, en este mismo punto tenemos el Parque de Valdegurriana. Disponemos de bancos y meses en los que descansar y retomar fuerzas. Caminos con variada vegetación. Y un par de miradores para observar el parque a "vista de pájaro", además de unos cuantos huertos urbanos que da alegría verlos.

Muy a mi pesar, hay que seguir adelante abandonando las Esclusas de Valdegurriana. A partir de aquí el entorno de Canal cambia drásticamente estrechándose. Y es que la calidad del suelo desde este lugar no permite la misma cantidad de caudal.
Paso a paso daremos con el segundo de los miradores, el Mirador de La Cartuja, desde el que podremos admirar que todavía nos queda camino por andar. Y aunque ya hemos dejado atrás el pinar, en ningún momento somos abandonados por los árboles. Más frondosos o menos, más numerosos o más aislados, pero nos harán compañía durante toda la senda.

En una bifurcación de caminos en la que nosotros seguiremos yendo en paralelo al Canal, nos encontraremos con el Puente Oblicuo. Lo más reseñable es su forma, ya que si lo miramos desde la perspectiva de planta nos encontraríamos con que sus límites son cóncavo y convexo respectivamente, de ahí su nombre. No es que sea especialmente espectacular pero sólo por la antigüedad que aparenta tener merece la pena admirarlo un poco.
Y bueno, una gran y última recta nos espera tras el puente. Al final de la misma están situadas las Esclusas de Torrecilla, mucho menos impactantes que las de Valdegurriana, pero igualmente hipnóticas por el fluir del agua a través de ellas.
Las esclusas de Torrecilla.
Pocos son los metros que nos quedan por recorrer y presentarnos ya en La Cartuja Baja, barrio situado a las afueras de Zaragoza. Personalmente, tras la andada realizada os recomiendo dar una vuelta por el barrio y sentaros en alguna de sus terrazas a retomar fueras. Yo lo hice, sienta bastante bien.

Sin más, me despido esperando que os haya gustado el relato de esta mini-excursión y adelantándoos que en breves publicaré una entrada sobre La Cartuja Baja. La particularidad de este barrio lo merece.
Como siempre, os dejo el enlace para el álbum en Flickr sobre La Senda de Valdegurriana, y también otro a todas las fotos que he tomado en este entorno.
Flores al final de la senda.Portería de La Cartuja.
Fuente de las imágenes: propia (sergioski1982).
Fuente de la información: propia e información encontrada y recolectada in-situ.

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